Los casos de transformaciones urbanas de éxito son los que mejor sintonizan con las expectativas de la sociedad a la que sirven. Un ejemplo conocido es el Eixample de Cerdà. Cerdà se encontró con una demanda mayoritaria de espacios habitables, saludables y con la máxima calidad ambiental posible para poder olvidar una realidad pandémica y confinada. Encontró el apoyo con agentes dispuestos a financiar una nueva manera de vivir, y tuvo la sensibilidad de hacerlo garantizando la calidad urbana para todos.
La transformación urbana del 22 @ también es un caso de éxito y también supo sintonizar con las expectativas de la ciudad: se inició en una Barcelona que se sabía por fin una de las ciudades de referencia en el mundo, y fue capaz de convertir un tejido productivo en decadencia en un distrito innovador.
Los últimos años se ha propuesto ajustar su desarrollo a las expectativas actuales, que en el fondo se pueden resumir en una palabra: sostenibilidad. Sostenibilidad ambiental en un contexto de emergencia climática, sostenibilidad social en un contexto de emergencia habitacional y sostenibilidad económica en un contexto de emergencia económica.
La vitalidad del 22@ depende de muchos factores, pero fundamentalmente de la capacidad de vehicular esta triple sostenibilidad.
La normativa que impulsa el Ayuntamiento parte de un proceso colaborativo: el pacto 'Hacia un Poblenou con un 22@ más inclusivo y sostenible', en el que desde el 22@Network participamos y firmamos, y que se basa en parámetros de sostenibilidad.
La nueva normativa está actualmente en fase de análisis de las alegaciones presentadas, y se prevé una aprobación inicial para octubre. Sin entrar en el nivel de detalle de las alegaciones que presentamos como 22@Network, a continuación comparto algunas reflexiones bajo el prisma de la triple sostenibilidad.
En cuanto a la sostenibilidad ambiental, este es un objetivo compartido por todos los agentes del distrito: desde los vecinos que la habitan, especialmente los más jóvenes, hasta las empresas que sólo se implantan en edificios que cuenten con una certificación ambiental. Así como Cerdà se encontró con una sociedad que quería huir de las condiciones insalubres del pasado, hoy en día tenemos el reto de evitar una pérdida de habitabilidad de cara al futuro.
El nuevo Plan incorpora algunos puntos interesantes, como la inclusión de superficies de cubierta vegetal y / o fotovoltaica, el tratamiento del suelo y de los espacios libres, entre otros, pero podría ir más allá, como por ejemplo vinculando la sostenibilidad ambiental con económica a base de incentivos. Siguiendo la estela de la ley 8/2013, de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas, se podrían ofrecer por ejemplo aumentos de edificabilidad a cambio de la consecución de edificios que cumplan criterios ambientales ambiciosos, como por ejemplo que sean positivos energéticamente.
El pacto ya incorporaba otros elementos interesantes que se pueden explorar en clave ambientalmente sostenible, como una guía de criterios para definir los parámetros de calidad objetivables, que podría servir de apoyo a las comisiones de calidad y los redactores de pliegos de concursos, o un sello de calidad 22@ para incentivar los desarrollos innovadores y sostenibles y crear comunidad de distrito.
A nivel de sostenibilidad social es positiva la densificación habitacional que plantea el Plan, tanto en el sentido social como el de impulsar la mixtura de usos en el distrito, aunque la inclusión de vivienda protegida no debería impedir la generación de vivienda libre para las personas que vienen a trabajar y no pueden acceder a una vivienda protegida. Este es un hándicap importante para conseguir la ciudad de los 15 minutos y para impulsar la movilidad sostenible: el tráfico del peatón es económica, ambiental y socialmente sostenible.
La redensificación en vivienda ha ido en paralelo a la introducción de unas nuevas superficies de espacios libres, plazas y jardines urbanos para los nuevos habitantes. Esto se ha producido en detrimento de espacios de viario, en la línea de la reducción de superficie viaria progresiva que se ha implantado con éxito en muchos tejidos de Barcelona, en este caso con un cambio de clave urbanística. No es la primera vez que se innova en estos procesos: el plan anterior previó la desconsolidación de suelo urbano para efectuar cesiones, lo que terminó modificando la normativa urbanística general. Esperamos que esta solución no acabe retrasando la tramitación normativa.
En cuanto a la sostenibilidad económica, es evidente que los planes urbanísticos no fructifican sin agentes dispuestos a invertir recursos económicos. En este sentido hay que dar la máxima garantía de seguridad jurídica a quien haya invertido recientemente en activos en el distrito, algunos de los cuales llevaban meses estaban tramitando planes de mejora urbana cuando se aprobó la moratoria. También hay que asegurarse de que los costes de transformación estén bien balanceados para que haya suficientes agentes dispuestos a invertir.
Otro aspecto a destacar sobre sostenibilidad económica es el impulso de las actividades innovadoras como la Industria 4.0. Los documentos publicados del nuevo Plan identifican los Edificios Industriales Consolidadas (EIC) como el marco donde se pueden producir actividades industriales innovadoras, industria 4.0 sin tener que transformar urbanísticamente los edificios.
El hecho de no tener que transformarlos para acoger estas actividades es uno de los factores clave para garantizar el éxito de la futura evolución del 22@ como distrito de la innovación: de este modo se incentivan económicamente unas actividades que quizás no pueden tener lugar en edificios en rentas demasiado elevadas, pero que pueden aportar lo que Europa está marcando como camino de futuro: tecnología, digitalización y sostenibilidad.
Es necesaria en definitiva una masa crítica de innovación, de sostenibilidad, y de mixtura social para mantener y reforzar el éxito de un 22@ que es y debe seguir siendo un referente en el mundo de cómo las ciudades pueden aportar valor económico, social y ambiental a través del urbanismo.
JORDI PARÍS
Arquitecto, socio de PICHarchitects
Miembro de la Comisión de Urbanismo del 22@ Network
Presidente de la Cámara de Empresas de Servicios Profesionales a la Construcción
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