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L'ESTOC A EL PAÍS: "CAPACIDADES PARA OFRECER NUEVA VIDA A LOS MUEBLES"

Secretaria Tècnica,

El País

Una persiana quería ser banco. Fue persiana gran parte de su vida, cubriendo una ventana del frío, salvando el hogar del calor del verano. Una mañana, mientras tiraban de la cuerda y ella se replegaba sobre sí misma, algo falló y, ¡pum!, la persiana se desencajó de la caja que la había sostenido durante más de 20 años. Iban a tirarla, pero a alguien se le ocurrió llevarla a uno de esos talleres para reciclar muebles viejos. Empezaba todo. Un nuevo comienzo para aquel banco al que toda la vida habían obligado a ser persiana.

Esta podría ser la historia de cualquiera de los muebles diseñados y producidos en L’estoc. Aquí los carpinteros tienen una capacidad especial para encontrar una nueva vida a los materiales que ya no la tienen. A cada mueble recuperado se le asigna un número: en ocho años ya llevan más de 1.400 nuevos comienzos, únicos e irrepetibles.



“En un principio trabajábamos con materiales muy clásicos, como bobinas y palés, materiales que ya estaban llegando a su período final de vida y que nosotros veíamos que tenían potencial a la hora de transformarlos en mesas o estanterías. Ahora estamos en una fase muy activa de descubrir nuevos materiales, como roble reciclado, o una madera que nos llegó desde Rumanía, donde la usan como aislante para las casas y que se está desaprovechando”, lo cuenta Jordi Mayals, socio y fundador.

Volver a valorar las distintas capacidades de las cosas: “¿Por qué alguien ha decidido que a estos materiales ya se les ha acabado su vida? El potencial de darle nueva vida realmente aporta algo muy potente: el hecho de que estemos transformando cosas a través de unos materiales que nadie quería”, añade Jordi.


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