Noticia "El Confidencial": Desde que Merlin adquirió la antigua Torre Agbar, antes incluso de su candidatura europea, ha contado con el plan de promover un edificio multiinquilino, menos icónico, pero más rentable

Este sábado, la Comisión Europea ha refrendado que la propuesta Torre Glòries, la antigua Torre Agbar, para albergar la Agencia Europea del Medicamento cumple todos los requisitos técnicos necesarios para acoger al organismo. Un balón de oxígeno que llega en un momento crítico para la candidatura de Barcelona, debido al referéndum independentista de este domingo, ya que, precisamente, el motivo de llevarse este organismo fuera de Reino Unido fue el triunfo del voto secesionista en el Brexit. Y la posibilidad de que un día la ciudad condal pueda seguir el mismo camino juega en contra de sus opciones.

Torre Glòries, no obstante, siempre ha contado con un plan alternativo a la posibilidad de albergar esta institución, hoja de ruta que va más allá de las tensiones secesionistas de los últimos tiempos y que se explica, entre otros motivos, por la lógica empresarial de no confiar todas las opciones a una sola carta, especialmente cuando esta va a estar tan competida.

De hecho, desde que Merlin Properties anunció la compra de su antigua sede a Agbar, por 142 millones de euros, indicó que su objetivo era convertirla en un edificio multiinquilino, horizonte sobre el que se construyó todo el plan de negocio y con base en el cual la socimi realizó sus estimaciones: unos ingresos brutos anuales de explotación de 10,3 millones y una rentabilidad del 6,5% cuando el inmueble esté a plena ocupación.

Estas cifras serán previsiblemente inferiores si la Agencia del Medicamento termina eligiendo Torre Glòries como su nueva sede, según afirman fuentes conocedoras, menor rentabilidad que se compensa, y mucho, con el positivo impacto que tiene para la ciudad, en general, y para el distrito 22@ donde se ubica el rascacielos, en particular, la llegada del organismo europeo. Además del importante golpe de imagen.

La propia Merlin, en sus últimas presentaciones a analistas, confía a este rascacielos, a la futura Torre Chamartín, a Torre Adequa y a una serie de activos logísticos que tiene en desarrollo, un papel clave para cumplir su plan de disparar un 22% las rentas. De estos tres edificios de oficinas, la antigua sede de Agbar es la que tiene proyectados unos ingresos brutos más ambiciosos, aunque su superficie sea inferior a Adequa, gracias a que se trata del rascacielos más emblemático del pujante distrito 22@.

Esta zona se ha convertido en imán para multinacionales del sector de la tecnología que han decidido abrir oficinas en Barcelona, como Amazon, Cisco, Ebay, Yahoo, Deutsche Telekom, Sage, SAP, Capgemini o Indra. Perfil similar al que prevé atraer Merlin para Torre Glòries si, finalmente, pierde la batalla por la Agencia del Medicamento, organismo que ya estuvo a punto de conseguir la ciudad condal en los años noventa, hasta que en el esprint final le ganó la mano Londres.

De hecho, el verdadero desafío al que se enfrenta tanto este rascacielos como todo el mundo de negocios catalán es la amenaza de una fuga de empresas hacia otras ubicaciones si las tensiones secesionistas se mantienen en los altos niveles de intensidad de los últimos tiempos, inestabilidad que golpearía paulatina y progresiva buena marcha del mercado de oficinas en Barcelona, cuyos niveles de contratación son ya similares a los años del 'boom' inmobiliario y con unas estimaciones de crecimiento de rentas, según JLL, del 4% anual hasta 2021, por delante de los previstos para otras capitales como Madrid o Berlín.

Torre Glòries es el tercer edificio más alto de Barcelona, con 142 metros de altura y una superficie bruta de 37.614 metros cuadrados, distribuidos en 34 plantas sobre rasante, y otras cuatro de 'parking' para 300 plazas de aparcamiento.